La Educación en Tiempos de la Globalización Económica

Elaborado por
Romeo Froylán Caballero Ramos


INTRODUCCIÓN

Los docentes de educación básica y normal, tenemos como propósito fundamental construir y fundamentar una filosofía educativa que permita la formación de los mexicanos del siglo XXI. Pero ¿cómo habrán de ser estos mexicanos? La respuesta a esta pregunta deberá tener muy en cuenta el contexto político y económico tanto a nivel nacional como mundial, si queremos formar ciudadanos capaces de entender y transformar su realidad. En este sentido, se hace a continuación un breve análisis tipo ensayo del orden mundial que prevaleció a fines del siglo XX y que, de no cambiar la situación repentinamente, habrá de permanecer al menos a principios del siglo XXI; para que a partir de ese análisis, se realice una planeación educativa adecuada al contexto histórico que vivimos.

DESARROLLO DEL TEMA

EL CAPITALISMO A FINALES DEL SIGLO XX

En el presente, la guerra fría entre comunismo y capitalismo terminó con el derrumbe de los países europeos socialistas, aunque todavía más de la quinta parte de la población mundial vive en economías socialistas (China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba). Sin embargo, este hecho no ha conducido a una era de entendimiento y colaboración entre naciones, sino que ha cedido su lugar a una nueva guerra, en este caso comercial, entre dos formas distintas de capitalismo: la forma individualista principalmente británico-norteamericana; que se enfrenta a la variante comunitaria, fundamentalmente la alemana y la japonesa.

Esta nueva guerra, de hecho arrancó de manera formal a partir de la culminación de la Segunda Guerra Mundial, cuando el mundo capitalista empezó a pasar de la condición de tener un sólo líder económico: Estados Unidos; a un mundo dividido en tres grandes regiones económicas, con Japón, la Comunidad Europea y Estados Unidos; a la cabeza de cada una de ellas.

CARACTERÍSTICAS DEL CAPITALISMO INDIVIDUALISTA

Los países de capitalismo individualista han crecido económicamente de acuerdo con el principio anglosajón de que los gobiernos deben proteger los derechos de la propiedad privada, y después apartarse; dejar el camino libre y permitir que los individuos y las organizaciones den al sistema capitalista la dirección apropiada.

Por lo mismo, los países de capitalismo individualista, cuyos representantes máximos han sido los norteamericanos y los ingleses conservadores, han fomentado empresas cuyo objetivo básico es el incremento de ganancias, a fin de consagrar éstas al consumo individual. Es decir, en una empresa anglosajona típica se desea obtener mayor productividad, pues ella aporta a los individuos ingresos más altos para comprar más artículos de consumo.

Sin embargo, los beneficios de las empresas anglosajonas se reparten de manera muy inequitativa, puesto que la mayor parte de las ganancias son para los accionistas y una parte mínima para los trabajadores; bajo la premisa de que con salarios más bajos se disminuyen los costos y por consecuencia habrá más beneficios para la empresa y para los accionistas, trayendo como consecuencia mayores inversiones y desarrollo económico.

En consecuencia, la motivación central del trabajador anglosajón ha sido el trabajar fuerte para no ser despedido y pasar a ser desocupado, es decir, que teme perder los privilegios del consumo; mientras que la motivación central de los accionistas anglosajones será elevar las ganancias para consumir más y disponer de mayor tiempo para el ocio y el placer. Dicho de otra manera, estos países son economías enfocadas al consumo, es decir, son economías consumistas.


CARACTERÍSTICAS DEL CAPITALISMO COMUNITARIO

En las economías de los países de capitalismo comunitario existen también estrategias individuales y empresariales, pero el individuo actúa diferente, pues se incorpora a un equipo y tiene éxito o fracasa como parte de ese equipo. Ejemplos claros de este tipo de economías son algunos países europeos como  Alemania; y Japón en el oriente asiático.

En las economías de los países de capitalismo comunitario, una de las metas es formar una fuerza de trabajo estable, para que sea más productiva (mejor educada, más especializada), pues se considera en principio, que no se puede pretender mucha fidelidad y entrega a la empresa si un trabajador no tiene seguridad de su permanencia en ella.

Es decir, en este tipo de países se intenta que el trabajador se sienta parte importante de la empresa y sienta también que su suerte está ligada al futuro de ella. Por eso en Japón, por ejemplo, las ceremonias para incorporar a un nuevo trabajador son trascendentes, y el período de adoctrinamiento durante el primer año ocupa una proporción sustancial de su jornada laboral, hasta que el trabajador sienta que es parte importante de su empresa.

Por lo mismo, en la empresa comunitaria, cuando se definen estrategias, se entiende que los empleados son el principal interesado; los clientes el interesado número 2 y los accionistas ocupan un distante tercer lugar. Esto implica que se otorguen salarios elevados a los trabajadores, aunque con ello se sacrifiquen las ganancias de los accionistas.

Otra característica importante de una empresa capitalista comunitaria es que consagra buena parte de sus beneficios a la reinversión para ampliar su poder, por lo que producen para el futuro, aun sacrificando los beneficios del presente, a diferencia de las empresas capitalistas individualistas que en lugar de invertir para el futuro, toman prestado del futuro para tener mayores índices de beneficio en el presente.

En otras palabras, los países cuyas economías se sostienen en empresas capitalistas de tipo comunitario, enfocan la mayor parte de sus energías a la producción, con el objetivo de crecer, mientras que limitan significativamente los hábitos consumistas de sus habitantes, es decir, son economías de productores.

LA GUERRA COMERCIAL DEL PRESENTE ENTRE NORTEAMERICANOS, JAPONESES Y EUROPEOS

¿Quién ganará en la guerra que sostiene actualmente los países productores contra los consumidores? Aparentemente, los primeros parecen ir tomando la delantera, pues japoneses y europeos han tenido notables avances frente a los norteamericanos. Para observar esto, basta con tomar en cuenta los siguientes aspectos (datos tomados del libro La guerra del siglo XXI):

1.     En 1950 Estados Unidos tenía un PNB per cápita que cuadruplicaba el de Alemania y era 15 veces superior al de Japón. En la década de los 90, el PNB de Japón y Alemania fueron levemente superiores al de Estados Unidos.

2.     En 1970, 54 de las corporaciones industriales más grandes del mundo estaban en Estados Unidos, 26 en Europa y sólo 8 en Japón. Hacia 1988, sólo 42 de las 100 empresas más grandes del mundo se hallaban en Estados Unidos, 33 en Europa y 15 en Japón.

3.     En 1970, 19 de los 50 bancos más importantes del mundo eran norteamericanos, 17 europeos y 24 japoneses.

4.     En el sector de servicios, 9 de las 10 empresas más importantes del mundo ahora son japonesas.

5.     En 1990 había 11 países donde los salarios superaban a los norteamericanos. Los salarios de la industria manufacturera eran más elevados en 14 países: 9 dólares por hora más elevados en Alemania Occidental. Cuando se incluyen los beneficios complementarios, la distancia es todavía mayor.

6.     A principios de la década de los 70, General Motors era el coloso de la industria automotriz y superaba a todas las empresas industriales. Veinte años más tarde, la participación japonesa en el mercado automotriz norteamericano pasó a ser el 30% a mediados de 1991 y continúa creciendo año tras año. Por ejemplo, Toyota está decidida a superar a la General Motors a fines de siglo, y con la aparición de los automóviles japoneses de lujo (Lexus, Infiniti, Acura), los fabricantes europeos de autos de lujo (Mercedes Benz, Audi, Saab, Volvo, Jaguar, Porsche) están perdiendo participación en el mercado y se encuentran a la defensiva.

EL SISTEMA BRETON WOODS

Si los países productores quedaron prácticamente reducidos a cenizas durante la segunda guerra mundial, ¿Cómo se dio el despegue de los europeos y japoneses para alcanzar a los norteamericanos? En primer lugar, hay que tomar en cuenta las reglas del juego económico internacional, surgidas al fin de la segunda guerra mundial. En este nuevo sistema, Estados Unidos se convirtió en el administrador general y el dólar en el medio de cambio y patrón de valor mundial. Como consecuencia, Estados Unidos se convirtió en un mercado disponible para todos, en donde los demás países podían exportar con facilidad sin que los norteamericanos exigieran una reciprocidad en sus tratos comerciales. El orden económico a partir de ahí funcionaba de manera aparentemente sencilla: Estados Unidos inventaba un nuevo producto de elevada tecnología y aprendía a producirlo en masa.

Gradualmente, el producto se convertía en un producto de tecnología mediana, producido más eficazmente en países de salarios medios como Japón o Europa, y de ahí pasaba a la condición de baja tecnología, fabricado en los países de salarios bajos del tercer mundo. Para equilibrar su balanza comercial, los norteamericanos no tenían problema. Estados Unidos podía producir productos agrícolas que el resto del mundo no tenía; suministrar materias primas, como el petróleo, que el resto del mundo no poseía; y fabricar productos de elevada tecnología como el Boeing 707, que el resto del mundo no estaba en posibilidades de producir.

Así tenemos que hasta 1984, la mayor parte del crecimiento europeo y japonés pudo imputarse a las exportaciones dirigidas al mercado norteamericano. Pero a partir de esa fecha, por primera vez Estados Unidos se encontró agobiado por un gran déficit comercial como consecuencia de esta situación; sus exportaciones no aumentaron automáticamente para equilibrarse con sus importaciones.

Ante ese hecho, Estados Unidos reaccionó dándole muerte al sistema comercial GATT-Breton Woods. No por su fracaso, sino por el término normal de una vida muy próspera compartida.

LA TERCERA GRAN REVOLUCIÓN CIENTÍFICO-TECNOLÓGICA

Además del sistema GATT-Breton Woods, otros aspectos deben tomarse en cuenta para explicar el crecimiento de los países productores y el nuevo orden económico mundial, a saber:

1.     La revolución verde y la revolución de la ciencia de materiales, que han reducido la importancia de los recursos naturales en el desarrollo económico.

2.     La revolución de las telecomunicaciones, las computadoras, los transportes y la logística, que han permitido la organización de fondos globales y el desarrollo de un mercado mundial de capitales.

3.     La ventaja que han tomado las nuevas tecnologías de procesos frente a las tecnologías de productos, en la competitividad económica.

4.     El avance de las economías de los países productores, frente a la economía de los países consumidores.

Estos aspectos se reflejan en los siguientes puntos:

Si anteriormente los individuos, las firmas y los países se enriquecían si poseían más recursos naturales, ahora ya no es necesariamente así. Si antes los países y las personas que empleaban tecnologías superiores de producción o tenían más habilidades que sus competidores, se imponían en el mercado; ahora parece que ya no es así.

Veamos el por qué de esta situación. La revolución verde ha permitido el crecimiento de la productividad agrícola tanto en el mundo desarrollado como en el tercer mundo. Debido a ella, en la actualidad un grupo muy reducido de empresas agrícolas produce más alimentos de los que los consumidores quieren y pueden comprar. Por tal motivo, los países eminentemente agrícolas van quedando rezagados en el contexto económico mundial. La revolución biotecnológica, que avanza cada vez más, está acelerando este proceso.

Además, la revolución verde va de la mano con una revolución en la ciencia de los materiales, y así es cada vez menor el caudal de recursos naturales utilizados por unidad del PNB. Por ejemplo, Estados Unidos utilizó menos acero en 1990 que el que empleó en 1960, y su PNB es dos veces y medio mayor. Las reducciones del uso, han determinado también bruscas reducciones en los precios de las materias primas, en perjuicio de los países que las poseen o producen.

Las empresas multinacionales llevan consigo la disponibilidad de capitales del primer mundo: Un mercado mundial de capital ha surgido en parte a causa de los cambios institucionales (desregularización de los mercados). Cuando es posible desplazar el dinero con una computadora personal y cuando el capital especulativo impone sus reglas a productores y consumidores por medio de las casa de bolsa, los gobiernos no pueden impedir que el dinero circule libremente alrededor del mundo.

EL PROTECCIONISMO DE LOS EUROPEOS Y JAPONESES FRENTE A LA APERTURA DE LOS NORTEAMERICANOS

Para llegar al desarrollo actual, europeos y japoneses cerraron fuertemente sus economías, hasta que se sintieron seguros para competir.

Veámoslo con algunos datos (tomados del libro La guerra del siglo XXI).

·                Las empresas japonesas Mitsushita e Hitachi estuvieron dispuestas a reducir a la mitad sus beneficios para continuar siendo competitivas frente a los norteamericanos.

·                IBM de Japón pudo entrar al mercado japonés por estar dispuesta a intercambiar concesiones de tecnología con los que ahora son sus principales competidores extranjeros. Para mantener a raya a la IBM, la Fujitsu japonesa ganó el contrato para las computadoras del sistema de distribución de agua de la ciudad de Hirosima, cobrando sólo un yen. Estas ofertas son una advertencia a los extranjeros, de que perderán si quieren competir en Japón con los japoneses.

·                En Japón funcionan los grupos empresariales que se benefician mutuamente, no con dividendos, sino con tratamientos preferenciales mutuos. Los países que creen en la economía de la producción facilitan el cambio para la formación de grupos empresariales; los que creen en la maximización de las utilidades, se oponen a ellos.

·                Mientras las empresas japonesas aún no están preparadas para competir, se mantiene a raya a las empresas extranjeras.

·                Cuando una empresa japonesa entra a competir por un mercado extranjero, vende a precios aún más bajos que los costos; cuando elimina a los competidores, aumenta los precios, pero siempre está dispuesta a reducirlos si entra algún otro competidor.

·                El proteccionismo alemán ha sido muy arraigado. Por ejemplo, en telecomunicaciones, la banca, los seguros, los servicios eléctricos y las industrias químicas, las empresas teutonas han actuado de hecho como cárteles. Es casi imposible que una empresa extranjera ingrese a sus mercados sin un socio alemán.

·                Sin embargo, una vez fuertes y ante la necesidad de competir contra de los norteamericanos y japoneses, han hecho que las economías más fuertes del llamado viejo continente busquen la unificación. En ese contexto, dos hechos convirtieron a Europa en el punto focal de la atención durante la década de los 90. Al dar la media noche del 31 de diciembre de 1992, Europa Occidental se integró en la Comunidad Europea y con esa integración se convirtió en el mercado económico más grande del mundo: 380 millones de personas.

PERSPECTIVAS HACIA EL SIGLO XXI

De continuar el mismo orden económico, se pueden esperar los siguientes hechos para el siglo XXI:

·                En los países pobres habrá fábricas que puedan equiparse con el uso intensivo de capital de las fábricas de los países ricos. Hasta cierto punto esas fábricas serán propiedad de firmas locales, pero en realidad serán parte o prestanombres de las empresas transnacionales, por lo que tendrán acceso a los mercados mundiales de capital.

·                En general, se cree que las siete industrias básicas de las próximas décadas serán: microeléctrica, biotecnología, industrias de materiales nuevos, la aviación civil, las telecomunicaciones, los robots más las máquinas-herramienta, y las computadoras más el software. En el siglo XXI habrá productos de elevada y baja tecnología, pero la mayoría de los productos y los servicios serán elaborados como productos de elevada tecnología.

·                Las empresas financieras enlazadas con los sistemas de telecomunicaciones basados en las computadoras, podrán codificar información con más rapidez que sus competidores tradicionales, y triunfarán sobre de ellos; no a veces, sino siempre.

·                En la economía global, un trabajador podrá ofrecer dos cosas: alta capacitación o la voluntad de trabajar por salarios bajos. Como los productos podrán elaborarse en cualquier sitio, los individuos no especializados que vivan en las sociedades ricas deberán bajar sus aspiraciones salariales. De no ser así, las labores no especializadas se trasladarán a los países pobres.

·                Existen otros problemas ante la globalización económica actual. En una economía mundial abierta, los elevados salarios mínimos europeos y japoneses están amenazados por los bajos salarios mínimos norteamericanos.

·                Por lo menos al comienzo del siglo XXI hay una sola superpotencia militar: Estados Unidos. Pero su poder militar no lo está conduciendo a la consolidación de su poder económico, ya que en la actualidad una superpotencia económica debe realizar grandes inversiones en investigación y desarrollo civil, fábricas y equipos, infraestructura pública y desarrollo humano que le permita mantener la condición de superpotencia económica; mientras que una superpotencia militar debe realizar grandes inversiones en investigación y desarrollo militar, infraestructura y entrenamiento militar que le permitan mantener la condición de superpotencia militar.

·                La más grande contradicción del capitalismo de fines del siglo XX y principios del XXI es que ha conducido a la extrapolación de las clases sociales y la ampliación de la brecha entre los países pobres y los ricos. Hoy coexisten la riqueza y la pobreza extremas, y esto podría conducir a cambios inesperados en el nuevo orden económico mundial.

LAS TRES GRANDES REGIONES ECONÓMICAS DEL SIGLO XXI

Para competir con posibilidades de éxito, se prevé el rol que jugarán los países actuales en el nuevo orden económico mundial.

Norteamérica.-En esta región, Estados Unidos estará a la cabeza, produciendo dentro de sus fronteras artículos de alta tecnología, mientras que Canadá producirá los artículos de mediana tecnología, y México (probablemente también Chile, Argentina y Brasil) producirán los artículos de baja tecnología. Todo esto utilizando los recursos naturales y la mano de obra barata de los países latinoamericanos. Esta región tendría el petróleo de México y Estados Unidos; minerales de Chile, amplias tierras para el cultivo en Argentina, Brasil, México y Estados Unidos, etc., y tendría también un mercado de cerca de 500 millones de personas. También probablemente se uniría a este bloque los llamados dragones asiáticos (Corea, Taiwan, Hong Kong y Singapur), aún con todos los problemas que confrontan en la actualidad.

2.  Comunidad Europea.-Esta región que pudiera incorporar el potencial científico y tecnológico; con los recursos naturales de Rusia, producirá artículos de elevada tecnología; los países europeos ex-socialistas producirán los artículos de mediana tecnología (Hungría, Polonia, Eslovaquia, Rumanía, Bulgaria y Albania) y probablemente Australia; mientras que África del Norte produciría los artículos de baja tecnología para este bloque, aportando también la mano de obra barata.

Para observar el potencial económico de Europa hay que tomar en cuenta que hoy en día tiene aproximadamente 850 millones de habitantes bien educados. Imaginemos lo que sucederá cuando las capacidades de alta tecnología de la ex-Unión Soviética europea se unan a las capacidades productivas de los alemanes. Con el petróleo y el gas natural de Rusia y de la Nueva Comunidad Europea, Europa será autosuficiente en energía y no necesitará preocuparse por el petróleo del  Golfo Pérsico. Además tendrá amplias y fértiles tierras de cultivo para alimentos.

3. La Cuenca del Pacífico.-En este bloque Japón estará indudablemente a la cabeza, y aunque los japoneses no muestran signos de querer integrarse con otras naciones para formar un bloque económico, probablemente tenga que hacerlo para competir más fuertemente con Estados Unidos y Europa. En tal caso, Japón produciría los artículos de elevada tecnología, mientras que China, Malasia y Tailandia, que pudieran ser los países que mejor se adaptarían al bloque de la Cuenca del Pacífico, producirían los artículos de mediana y baja tecnología. Juntos estos países, formarían un mercado de más de mil millones de personas. Este bloque tendría, además de la infraestructura científica, industrial y comercial, amplias regiones para la producción de alimentos, energéticos y mano de obra de alta, mediana y baja especialización.

4. Pudiera también generarse otro bloque económico en el oriente medio, con Israel a la cabeza, produciendo artículos de elevada tecnología; mientras que los países árabes proporcionarían los energéticos y la mano de obra barata; mas  para que se diera este bloque, tendrían que resolverse los problemas ancestrales de estos países, lo cual de ninguna  sería fácil, sin embargo, el aspecto económico podría lograrlo.

5.  Bajo estas reglas de juego, varios países quedarían fuera del nuevo orden internacional. Esto serían los países sin aparente futuro, como Paquistán e Indonesia. Los países de África Central y África del Sur (a excepción de Sudáfrica); los países de Oceanía (con excepción de Australia); los países Centroamericanos y del Caribe, etcétera. De igual manera, hay que tomar en cuenta que en la actualidad, las grandes empresas trasnacionales se sitúan en algunos casos por encima de sus gobiernos, por lo que en determinados momentos, podrán trasladar sus instalaciones o su producción a aquellos países pobres que les ofrezcan mayores privilegios; o incluso a irse a producir a aguas internacionales como ya lo han hecho en algunos casos. 


CONCLUSIONES

Ante este contexto socioeconómico, los maestros mexicanos debemos delimitar el tipo de mexicano necesario para seguir construyendo un país libre y soberano en el siglo XXI. Un ciudadano que sea capaz también de lograr el bienestar propio y el de la comunidad. Para esto debemos, en primer lugar, tomar una firma postura con respecto a los siguientes aspectos:

1.     ¿Estamos dispuestos a seguir el nuevo orden económico o habremos de buscar un nuevo camino junto con los países que no tiene futuro aparente en el nuevo orden económico mundial?

2.     En caso de buscar una nueva vía, ¿Cómo habrá de ser ésta y con qué socios?

3.     En caso de estar dispuestos a acatar las nuevas reglas del juego, ¿Qué tipo de capitalismo debemos desarrollar? ¿Seremos un país de capitalismo individualista o comunitario?

De las respuestas que demos a estas interrogantes, habrá de surgir el perfil del mexicano del siglo XXI. Los maestros mexicanos habremos de analizar estas nuevas situaciones y elegir el camino adecuado. Lo único que debe quedar claro es que la directriz de este camino debe ser la de la construcción de un país fuerte y poderoso. Ya es tiempo de romper el esquema de país pobre, vencido y subdesarrollado. Sólo un México rico podrá dar bienestar a sus habitantes.